En Dominica, es común oír a los artesanos lamentandose porque tienen que competir con los precios de sus productos, bajandolos a niveles mínimos, debido a la enorme cantidad de artículos importados que estan llegando a la isla, lo que les está haciendo casi imposible vivir de su arte.
Este problema no es exclusivo de Dominica, es un fenómeno global reciente, y quizás no tan reciente, porque si nos remontamos a la época de la Revolución Industrial, desde que todo comenzó a fabricarse de modo masivo, se vieron los beneficios de abaratar costos con la contraparte que explicabamos al inicio, que ya nadie aprecia el arte original y exclusivo, agravando la situacion de los que viven de su arte.
En Dominica existen muchos artesanos bien calificados, que se inspiran en el entorno y los paisajes para dar rienda suelta a sus creaciones, utilizando materias primas que se encuentran en la misma naturaleza, tales como el árbol de coco, la madera, las hojas de plátano, las flores, pasto, cáñamo, helechos, piedras de río, colorantes naturales y el bambú, entre otros muchos materiales que son fáciles de encontrar.
Para mejorar y conservar el arte original y autóctono, Dominica está tomando sus medidas, tales como la formación de Artes Dominica y la Asociación de Productores y Manualidades, la Direccion Cultural de Arte de Coco, la apertura de galerias y ferias artesanales adecuadas a las fechas festivas y el pronto lanzamiento de la revista Arco Magazine.
Entre las medidas que debieran tomarse para que en Dominica las artes vuelvan a cobrar valor, podrian estar la eliminación de todos los impuestos de importar materias primas para fabricar, hacer más ferias y galerías, además de difundir más la artesanía local.
Y ya que estamos hablando de arte, para que lo sepan, hay varios museos y galerías que pueden visitar, además de tiendas.
Entre las galerías de arte tienen: La Galería de Arte en Rosseau; la Galería Talipot; Santa Victoria, Rosseau y el Asilo del Arte, Jimmit. En cuanto a tiendas, hay muchas, y son recomendables, el Mercado Viejo, en Rosseau; Bay Front en Rosseau y el Café Iguana, en Portsmouth.
Yo creo que la artesanía tiene que atreverse a competir con lo masivo, entrando en la producción masiva pero conservando su sello de exclusividad, en los productos donde sea posible hacer el proceso. En aquellos donde no, habrá que incorporar caracteristicas diferenciadoras que ningún otro país exportador de artesanía pueda copiar, y así, ese producto será tan único que todos los que lleguen a Dominica, querrán llevarselo de recuerdo.
Vía: dominica-weekly