Un profesor asociado japonés, argumentando sobre la JWA plataforma, dice: «Muchos de los países que apoyan el Japón son los países en desarrollo. Ellos están buscando su propia comida en el mar y están tratando de obtener divisas mediante las exportaciones de productos del mar. Se encuentran en una posición en la que debe oponerse firmemente a las acciones que obstaculizan el desarrollo sostenible de sus recursos. » Este argumento se queda corto, ya que, aparte de la pequeña comunidad de la isla de Bequia en San Vicente y las Granadinas, la carne de ballena no es parte de la dieta del Caribe.
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Además, aunque sería beneficioso que los pequeños países del Caribe podría exportar sus productos del mar, carecen de los servicios comerciales y el transporte para las grandes exportaciones. Muchas de las instalaciones de refrigeración que han recibido de los japoneses son ahora incluso oxidación a lo largo de muchas costas.

Luego, por supuesto, está la realidad de que gran arrastreros comerciales, incluidos los de Japón, han sido las poblaciones de peces absorbiendo durante años.

En su presentación a la Conferencia de Dominica 23 de marzo, el Primer Ministro Skerritt recordó que el año pasado su gobierno «ha tomado una decisión muy audaz después de muchos decenios de apoyo a la cuestión de la caza de ballenas para dirigir clara de votar a favor de la caza de la ballena», y destacó en la la reunión que su gobierno no reniega de ese compromiso.

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