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Dominica es un paisaje de naturaleza que rejuvenece. Chapoteando por Indian River llegan a un nuevo lugar repleto de paz, tranquilidad y buen carácter.

El ritmo constante de las caídas de agua ejercen un efecto casi hipnótico sobre los visitantes, relajándolos. En esta isla, pueden descansar dentro de la comodidad de un hotel boutique, que sea elegante sin exageraciones, o subirse a su cabaña en medio de los árboles que están plantados por la selva de la bahía.

Las caminatas a campo traviesa constituyen una especie de gimnasio perfecto para los visitantes. El río, el mar y todos los obstáculos naturales que se puedan imaginar. Dominica es un sitio para apartarse de las prisas y aquí nuestro viajero, Ian, conoció a un campeón de boxeo del Reino Unido, que ahora tenía planes de capacitar a boxeadores de la isla. Las playas de esta isla son ideales para tonificarse trotando todas las mañanas.

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Lo mejor para recorrer la isla tranquilos es alquilar un vehículo todoterreno, así paran cada vez que les apetezca y les parezca que hay algo que probar y conocer. El Fuerte Shirley en Portmoth ha sido restaurado por obra de un proyecto que llevo adelante el doctor, poeta e historiador Lennox Honeychurch.

En la isla abunda el color, variado y pintoresco, pero nunca chillón. A lo largo y ancho de los caminos silvestres repletos de flores verán una alfombra de color rojo y azul, blanco, amarillo y verde. Las ciudades y los pueblos están vivos, con colores verdes brillantes, amarillos, rojos y todo tipo de tonalidades azules, mientras que en los pueblos pesqueros verán una buena variedad de barcos de pesca pintados con personalidad.

Los barcos de pesca color rosa dicen mucho sobre la personalidad de su dueño. Todo allí es un tesoro que ha sido muy bien guardado a través del tiempo, es un lugar donde los valores no han pasado de moda.

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