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Un dominicano de 62 años se declaró culpable de adulterar las huellas de modo quirúrgico a los inmigrantes ilegales que llegaban a Estados Unidos.

La adulteración era un negocio que les permitía a estos inmigrantes, ocultarse de las agencias de orden, que en los últimos años están utilizando sistemas biométricos para asegurar la seguridad fronteriza del gobierno federal, sistema que es más conocido como Sistema Automático de Identificación de Huellas Dactilares.

La sentencia para este hombre, fue de un año y medio, además de ser deportado y haber quedado 3 años con libertad vigilada. La tarifa que cobraba este dominicano, era de unos 4.200 euros. El doctor cayó luego que le tendiera una trampa, donde se corroboró y grabó que llevaba un equipamiento quirúrgico portátil, antibióticos y analgésicos.

La manera de borrar las huellas a la gente era fácil, simplemente se removía una porción de la yema de los dedos y luego se volvía a suturar, de modo que resultaba una huella digital irreconocible.

En Estados Unidos, las huellas digitales siempre son cotejadas en el sistema, las que se comparan en una base de datos de las agencias del orden a fin de hallar infracciones previas o ver si las personas están con órdenes de arresto.

Por lo que se sabe, hay inmigrantes ilegales que se han quemado la yema de los dedos, o hasta se as desgastan usando limas y otros más extremos, han sumergido sus manos en ácido o se han hecho cirugías para no ser detectados.

En el pasado, un doctor mexicano hacía esta misma operación en la yema de los dedos, sustituyendo esa piel por otra que era extraída de la planta de los pies.

Vía/ americaeconomia, Foto/ ( B_Zedan) flickr

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